lunes, 19 de noviembre de 2012


TODO SOBRE LOS PROBLEMAS DE EQUILIBRO Y VÉRTIGO

¿QUÉ SON?

El vértigo se define como un trastorno del sentido del equilibrio caracterizado por una sensación de movimiento rotatorio del propio cuerpo o de los objetos que lo rodean, acompañado con frecuencia por náuseas y vómitos.

El vértigo suele acompañarse de pérdida parcial o total de equilibrio, situación que se agrava por los movimientos de giro rápido.

Como consecuencia de trastornos de equilibrio puede aparecer repentinamente la ataxia, que se define como movimientos musculares descoordinados. La ataxia puede afectar el movimiento del cuerpo desde el cuello hasta el área de la cadera (el tronco) o los brazos y las piernas (extremidades).

¿POR QUÉ APARECEN?

El correcto funcionamiento del equilibrio reside en tres sistemas, cada uno de los cuales envía impulsos nerviosos al cerebro: los sensores de presión, el oído interno y la vista:

En el cuello, el torso y las articulaciones de las piernas y los pies hay sensores de presión que transmiten información al cerebro sobre dónde está el cuerpo en relación con el entorno. Estos mensajes se envían cuando hacemos cosas como girar la cabeza, movernos o caminar sobre superficies diferentes.

En el oído interno se encuentran diversas estructuras que regulan la correcta transmisión de los mensajes al cerebro sobre el movimiento, contribuyendo al equilibrio y la estabilidad del cuerpo.

Por los ojos percibimos las imágenes del mundo que nos rodea a través de las terminaciones nerviosas de la retina, que poseen células sensibles a la luz y color llamadas conos y bastones. Cuando miramos algo, las imágenes llegan a la retina y los bastones y conos envían señales sobre sus características al cerebro a través del nervio óptico. El cerebro usa estas señales para interpretar lo que estamos viendo, generándose la percepción visual. Asimismo se recibe la información suficiente para percibir la profundidad (a qué distancia está un objeto), algo esencial para mantener el equilibrio.

Como todos los síntomas asociados a la EM, los problemas de equilibrio/vértigo son resultado de la degradación progresiva de la mielina (capa externa aislante que rodea a las células y fibras nerviosas que permite su correcto funcionamiento) y de las fibras nerviosas. Ésto provoca un trastorno en la señal transmitida por las neuronas que conducen los impulsos del cerebro y la médula espinal hasta los músculos, lo que genera una activación excesiva.

De esta forma, la coordinación entre los tres sistemas implicados en el equilibrio no es la adecuada, lo que provoca mareos y vértigos

 

 TODO SOBRE LA PÉRDIDA DE MEMORIA / FALTA DE CONCENTRACIÓN

¿QUÉ ES?

La pérdida de memoria y falta de concentración son problemas cognitivos habituales en pacientes con esclerosis múltiple (EM). En estos casos, la afectación cognitiva impide afrontar adecuadamente las actividades de la vida diaria.

La cognición es la manera de:

Centrar, mantener y dividir la atención

Aprender y recordar cosas nuevas

Pensar, razonar y resolver problemas

Planear, llevar a cabo y hacer seguimiento de las actividades

Comprender y usar el lenguaje

Reconocer, clasificar y ubicar objetos en el espacio

Estas habilidades varían de forma natural entre diferentes personas (todos tenemos nuestros puntos fuertes y débiles)

¿CÓMO SE MANIFIESTA?

En la EM, las manifestaciones que se presentan son:

Capacidad reducida de concentración, imposibilidad de centrarse en varias tareas simultáneamente.

Ralentización del pensamiento.

Despistes en cuanto a fechas y horarios.

Muchas de estas dificultades son temporales en personas con EM.

¿POR QUÉ APARECE?

Como todos los síntomas asociados a la EM, la pérdida de memoria y la falta de concentración son resultado de la degradación progresiva de la mielina y de las fibras nerviosas. Esto provoca un trastorno en los mensajes que pasan a través de los nervios a las diferentes áreas del cerebro y lesiones (placas de desmielinización). De esta forma, los procesos cognitivos (memoria y pensamiento) son afectados.

La depresión, el estrés, el dolor, la fatiga, la ansiedad, el nerviosismo y los brotes (episodios de empeoramiento en forma de espasmos musculares involuntarios, generando todo ello la pérdida progresiva de la función muscular) de la EM pueden acarrear dificultades cognitivas temporales. Según se reduzcan los síntomas mencionados o los brotes, las dificultades cognitivas también mejoran.

El consumo elevado de alcohol, una mala nutrición (déficits vitamínicos…), otras enfermedades asociadas y ciertos medicamentos (tranquilizantes, somníferos, analgésicos, etc.) pueden afectar también a la concentración, la memoria y el aprendizaje.

Un cambio de vida (como dejar el trabajo, dejar de participar en actividades estimulantes, dejar de hacer las tareas del hogar, etc.) también puede dar lugar a despistes en cuanto a fechas y horarios.

¿CON QUÉ FRECUENCIA APARECE?

Entre el 45% y el 60% de las personas con EM experimentan algún tipo de cambio cognitivo, generalmente de carácter moderado. Estos síntomas en algunos casos pueden ser temporales y reversibles.

Los problemas cognitivos son más comunes en las personas que tienen mayor número de lesiones (desmielinización).

TRATAMIENTOS

La rehabilitación neuro-psicológica es una técnica que trata de minimizar los efectos cognitivos producidos por problemas de memoria y pensamiento. Tu equipo sanitario te orientará sobre la adecuación a tu caso de alguna de las opciones listadas.

La rehabilitación incluye:

Practicar y mejorar las habilidades deterioradas. Mediante unos sencillos ejercicios se consigue recuperar parte de las funciones cognitivas deterioradas.

Hacer un mejor uso de los puntos fuertes sacando provecho de las funciones cognitivas que se mantienen en un nivel adecuado.

Enseñar métodos alternativos/estrategias compensatorias para realizar tareas.

Facilitar apoyo emocional para adaptarse adecuadamente a la nueva situación.

Optimizar del uso de las habilidades conservadas.

Recibir asesoramiento y apoyo de familiares y amigos.

La rehabilitación se puede llevar a cabo de forma individual o en grupo. En pequeños grupos, la gente puede expresar sus pensamientos y sentimientos sobre el problema y explorar ideas sobre cómo afrontarlo. A menudo, se invita a la pareja o algún miembro de la familia, a estas sesiones ya que las personas cercanas que pueden tener también sus preocupaciones a este respecto. Ellos pueden ayudar al enfermo a poner en práctica nuevas estrategias y técnicas.

No existe un tratamiento farmacológico comúnmente aceptado para los problemas cognitivos en pacientes con EM. Sin embargo, en la actualidad se están realizando una serie de investigaciones con diversos fármacos para comprobar su eficacia

 TODO SOBRE LOS PROBLEMAS SEXUALES

¿QUÉ SON?

Los problemas sexuales en pacientes de esclerosis múltiple (EM) se definen como los trastornos emocionales/psicológicos y fisiológicos que dificultan mantener relaciones sexuales plenas con la pareja.

La disfunción sexual (problemas sexuales) es un trastorno frecuente asociado a la EM y contribuye al empeoramiento de la calidad de vida de estos pacientes.

La EM no incapacita a hombres y mujeres para poder ser padres y madres, aunque los problemas sexuales pueden dificultar la fertilidad. Estos problemas pueden ser tratados satisfactoriamente con medicación y/o mediante terapia desarrollada por psicólogo/ sexólogo/psiquiatra.

¿CÓMO SE MANIFIESTAN?

Aunque la función sexual normal cambia a lo largo de la vida, la experiencia de la EM puede afectar la experiencia sexual de una persona de distintas maneras.

La EM puede afectar las expresiones de intimidad de las siguientes formas:

Disfunción sexual primaria: es resultado directo de cambios neurológicos que afectan a la respuesta sexual. Puede suponer la disminución o la pérdida del impulso sexual, sensaciones genitales disminuidas o desagradables y menor capacidad para llegar al orgasmo.

Disfunción sexual secundaria: se debe a síntomas que no implican directamente al sistema genital, tales como problemas de vejiga e intestino, fatiga, espasticidad, debilidad muscular, temblor del cuerpo o de las manos, falta de atención y concentración y alteraciones sensoriales no genitales.

Disfunción sexual terciaria: se deriva de factores psicosociales y culturales relacionados con la discapacidad y que pueden interferir con los sentimientos y las experiencias sexuales de cada uno. El hecho de que una persona discapacitada no pueda mantener relaciones sexuales se encuentra estigmatizado en la sociedad, por lo que puede afectar a la expresión sexual del paciente.

Los síntomas que los hombres comunican con más frecuencia son:

• Capacidad disminuida de conseguir o mantener una erección.

• Dificultad con el orgasmo.

• Escasa sensibilidad en el pene.

En la mujer, los síntomas pueden incluir:

• Pérdida parcial o total de la libido (deseo sexual)

• Lubricación o sensación vaginal reducida.

 

¿POR QUÉ APARECEN?

En el caso de las personas con EM, es necesario considerar varias causas para los problemas sexuales: por un lado, la carga emocional y psicológica de sufrir EM puede ser tan grande que haga que el paciente no sienta ninguna excitación ni deseo ante una demostración física de amor y ternura con su pareja. Por otro lado, también es posible que la propia enfermedad o los trastornos causados por la EM conviertan la actividad sexual en un problema.

Con frecuencia, ambos factores influyen. A algunos pacientes les preocupa la actividad sexual porque creen que supondrá un esfuerzo demasiado grande y que la EM empeorará o provocará un nuevo episodio de la enfermedad. Esta preocupación es absolutamente infundada.

Es importante situar los problemas sexuales en el contexto global del paciente con EM y de su pareja, posiblemente, incluso de toda la familia, en lugar de abordarlos como un tema individual.

Existen distintos síntomas relativos a EM que provocan indirectamente problemas sexuales a los pacientes:

La fatiga y la debilidad pueden disminuir el deseo y la actividad sexual.

La espasticidad puede provocar calambres y espasmos intensos (movimientos involuntarios de los músculos) en las piernas, impidiendo adoptar posturas cómodas durante el acto sexual.

El dolor puede impedir sentir placer durante las relaciones sexuales.

Los problemas causados por la vejiga y los problemas intestinales crean malestar durante las relaciones sexuales.

¿CON QUÉ FRECUENCIA APARECEN?

Se ha descrito que la disfunción sexual se encuentra presente en aproximadamente 63- 43% de los pacientes con EM.

TRATAMIENTOS

Existen distintos tratamientos para la disfunción sexual, tu médico evaluara si alguno de ellos se ajusta a tus necesidades.

En el caso de los hombres, la disfunción eréctil puede ser tratada mediante:

• Medicamentos orales: que relajan el músculo liso del pene y facilitan la duración de la erección: tadalafilo, sildenafilo y vardenafilo.

• nyecciones y auto-inyecciones en el pene.

• Supositorios uretrales.

• Cremas y geles.

• Tubo de vacío y la banda de constricción.

• Penes de látex.

• Vibradores con forma de látex.

• Prótesis peneanas: semirígidas (implantadas quirúrgicamente y pueden tener complicaciones importantes) o hinchables (mediante bombeo de líquido).

En el caso de las mujeres, los problemas a tratar son la sequedad y la estenosis vaginales:

• El método más sencillo de contrarrestar la sequedad vaginal es aplicar cantidades abundantes de lubricante soluble en agua. Si la sequedad persiste incluso con lubricante, será precisa una dosis más elevada

 

 TODO SOBRE LOS PROBLEMAS DE HABLA Y DEGLUCIÓN

¿QUÉ SON?

Los problemas de habla se definen como la dificultad o impedimento para articular palabras y por tanto, mantener una fluidez verbal. Este trastorno se denomina médicamente “disartria”.

Los problemas de deglución (problemas al tragar) son alteraciones en uno o más componentes del proceso deglutorio desde la entrada de la comida en la boca hasta que llega al estómago. El trastorno de la deglución se denomina médicamente “disfagia”.

Las personas con EM suelen presentar principalmente disfagia para líquidos, lo que implica atragantamientos a la hora de ingerir bebidas y en ocasiones también en el momento de tragar saliva.

¿CÓMO SE MANIFIESTAN?

En las personas que padecen EM, las alteraciones del habla se traducen en:

·         Descontrol en la intensidad de la voz (es característico disminuirla al final de la frase)

·         Articulación defectuosa (omisiones, sustituciones, etc.)

·         Monotonía en el habla, médicamente llamada disprosodia, es una alteración en la que ésta se vuelve monótona, sin ritmo y sin melodía

·         Mal control fono-respiratorio (a menudo, durante la conversación aparecen episodios de falta de aire y fatiga al hablar)

·         Arrastrar palabras al hablar, médicamente llamada habla es cándida

·         Rudeza de la voz

·         Dificultad a la hora de soplar, chupar y silbar

·         Habla lenta pero correcta (llamada “bradilalia”). Sin embargo, también podemos encontrarnos con lo contrario, “taquilalia”, que se caracteriza por un ritmo acelerado y omisión de parte de la información.

·         En cuanto a los problemas de deglución, la disfagia no se presenta siempre de una manera evidente, por lo que hay que tener presente las siguientes manifestaciones que pueden indicar que la deglución no es adecuada:

·         Dificultad para tragar saliva, incluso babeo

·         Tos durante o después de la deglución

·         Ausencia del reflejo de tos (tusígeno)

·         Parálisis o disminución de la sensibilidad en el área de la boca y faringe

·         Dificultad para mantener o mover el alimento en la boca

·         Deglución y masticación muy lentas

·         Presencia de residuos alimentarios en la boca después de la deglución

·         Sofocos durante la comida

·         Alteraciones en la voz

·         Desvío de restos de comida hacia la tráquea o nariz

·         Salivación excesiva o, lo contrario, falta de salivación

·         Pérdida de apetito, cambios de peso

·         Neumonías debidas a aspiración de restos alimentarios

·         Se puede asociar a la presencia de fiebre sin razón aparente

 

¿POR QUÉ APARECEN?

Como todos los síntomas asociados a la EM, los problemas de habla y deglución son resultado de la degradación progresiva de la mielina (capa externa aislante que rodea a las células y fibras nerviosas que permite su correcto funcionamiento) y de las fibras nerviosas. Ésto provoca un trastorno en la señal transmitida por las neuronas que conducen los impulsos del cerebro y la médula espinal hasta los músculos, lo que genera una activación excesiva. De esta forma, se produce una descoordinación de los músculos que intervienen en el proceso del habla y de la deglución.

Los problemas del habla se producen por daños o lesiones en los mecanismos nerviosos que se encargan de la sensibilidad, coordinación y acción en el área de los músculos de los órganos fono-articuladores (la laringe, la faringe, las fosas nasales, la parte posterior de la cavidad oral y la boca). Esto se da debido a la progresiva afectación de los nervios y su recubrimiento de mielina, características de la evolución de la EM.

Hay varios tipos de disartria, pero la que suele aparecer en la EM es la causada por una afectación del cerebro y el cerebelo. En función de la alteración del funcionamiento de dichos órganos, los pacientes presentan distintos niveles del trastorno del habla.

En cuanto a la deglución, en condiciones normales es un proceso que consta de 3 fases: oral, faríngea y esofágica.

Todas ellas requieren buena movilidad de diferentes órganos, buena coordinación de la respiración y el correcto funcionamiento de los reflejos. Estos procesos pueden estar alterados en los pacientes con EM y es cuando se presentan dificultades en la deglución o disfagia.

¿CON QUÉ FRECUENCIA APARECEN?

La disartria en la EM se presenta en aproximadamente un 40% de los pacientes, con diferente nivel de gravedad.

La disfagia en la EM está entre un 33 y un 55% de los pacientes, también con diferente nivel de gravedad.

 

TRATAMIENTOS

Tu equipo médico te orientará sobre si alguno de los siguientes tratamientos médicos es aplicable a tu caso.

Problemas de habla:

• Los pacientes con disartria pueden ser ayudados por un logopeda, que puede evaluar la forma de hablar y ayudar a mejorarla, así como la entonación y la comunicación verbal en general.

• Si una persona con EM presenta muchas dificultades para hablar, existen distintos dispositivos de asistencia disponibles que facilitan la comunicación: como tableros de comunicación adaptados a las necesidades de cada usuario, amplificadores de voz, avisadores acústicos, comunicadores electrónicos que permiten la comunicación con ligeros movimientos de la persona, programas de comunicación por ordenador, ordenadores que funcionan con el movimiento de los ojos o grabadores que reproducen palabras o frases almacenadas.

• La logopedia puede ofrecer estrategias y ejercicios para problemas específicos. Algunos ejercicios pueden reforzar y mejorar la función de los músculos implicados en la respiración y producción del habla. También hay técnicas para la desaceleración, el exceso de la articulación y entonación de las frases. Estas técnicas se fundamentan en provocar una pausa para ayudar a hacer más clara y comprensible la expresión.

Problemas de deglución:

• La disfagia puede tratarse, si te pones en manos de profesionales de la salud en cuanto observes las primeras dificultades para tragar. Es importante consultar con tu médico. Éste valorará la situación y derivará al enfermo, si procede, a un especialista, como el otorrinolaringólogo, para que realice las pruebas pertinentes.

• Posteriormente el logopeda puede encargarse de ayudar en los problemas de deglución. Por ejemplo, enseñar ejercicios para fortalecer los músculos de mandíbula y garganta, a respirar de manera diferente y aconsejar sobre la consistencia apropiada de comidas y bebidas, así como mostrar posturas para evitar los atragantamientos.

domingo, 18 de noviembre de 2012


Todo sobre la espasticidad

¿Qué es la espasticidad?

Los músculos del cuerpo tienen un grado de tensión muscular que definimos como “tono muscular normal”, es el que nos permite mantener la postura. Cuando los músculos aumentan este tono se vuelven rígidos y se dice que están “espásticos”. Cuando hay espasticidad, la amplitud de los movimientos disminuye y mover los músculos puede resultar doloroso.

La espasticidad es uno de los síntomas más frecuentes de la esclerosis múltiple (EM) y se definiría como un agarrotamiento muscular habitualmente generalizado que provoca rigidez más o menos continua y que normalmente se asocia a situaciones temporales de empeoramiento en forma de espasmos musculares involuntarios, conllevando todo ello la pérdida progresiva de la función muscular.

 

Se trata de uno de losprincipales responsables de la discapacidad en la EM, ya que suele tener asociados dolor (continuo o por los espasmos), alteraciones en el  funcionamiento de la vejiga y del sueño, incapacidad para camina y para otros movimientos como los requeridos en la higiene personal .

Los espasmos son movimientos involuntarios de los músculos de los miembros y del tronco.

Existen tres tipos de espasmos:

1.      Flexores: hacen que los miembros se doblen en el sentido de las articulaciones.

2.      Extensores: hacen que los miembros se extiendan.

3.      Aductores: hacen que los miembros se aproximen a la línea media del cuerpo (los brazos unidos al tronco, las piernas entre sí, etc.).

 

¿CÓMO SE MANIFIESTA?

Entre las manifestaciones que se presentan, en las personas que padecen espasticidad asociada a la EM, se incluyen:

• Hipertonicidad (aumento del tono muscular), que pueden conducir en determinados casos a agarrotamiento muscular, articulaciones rígidas y disfunción de la vejiga

• Actividad muscular espontánea en forma de espasmos musculares incontrolables, aislados o como series de contracciones musculares rápidas (llamadas entonces clonus)

• Reflejos tendinosos exagerados

 

Lo que conlleva:

• Dolor, que puede oscilar entre leve (músculos en tensión) y fuerte (espasmos dolorosos de las extremidades).

• Despertares nocturnos: por el dolor y/o la disfunción de la vejiga.

• Deterioro de la función muscular, pudiendo afectar al modo de andar, a los demás movimientos y al habla.

Estas manifestaciones de la espasticidad pueden provocar discapacidades funcionales como por ejemplo cambios de postura causados por un aumento del tono muscular (estado de actividad o tensión del músculo). Los músculos normalmente deben tener un tono adecuado para mantener la postura y permitir el movimiento, a la vez que aportan flexibilidad y velocidad a los movimientos

La espasticidad se produce por un aumento del tono muscular, que provoca la pérdida de respuesta muscular.

Estos efectos pueden aumentar notablemente la fatiga y dificultar la realización de las actividades cotidianas

 

COMO CONSECUENCIA DE LA ESPASTICIDAD, SE PUEDEN DERIVAR:

·         Problemas para utilizar las piernas y los brazos: las personas con espasticidad asociada a la EM suelen ver reducida su movilidad, lo que implica una peor calidad de vida y una alteración de las actividades cotidianas.

·         Fatiga/falta de energía: se presenta en más del 90% de los pacientes con EM. La fatiga asociada a EM puede afectar enormemente la interacción profesional y social de los pacientes.

·         Disfunción de la vejiga: se trata de un problema muy común en pacientes con EM; un alto porcentaje de pacientes tienen que acudir con gran frecuencia al servicio.

·         Trastornos del sueño: es el factor que más contribuye a la fatiga en los pacientes con EM.

·         Espasmos: contracciones musculares súbitos y dolorosos, pueden trastornar el sueño y contribuir a la fatiga diurna.


La espasticidad puede dificultar caminar, sentarse o levantarse de una silla, lavarse, estirarse, vestirse u otras actividades cotidianas. Asimismo, algunos los enfermos comentan que los espasmos incontrolables les suelen provocar situaciones desagradables. La espasticidad puede alterar su autoestima y por lo tanto el paciente necesita comunicarse con franqueza y de una forma fluida con todas las personas que le rodean (familiares, amigos, personal sanitario).

No todos los pacientes que tienen espasticidad presentan dolor. Cuando hay dolor éste se debe a la rigidez muscular que hace que los tejidos se acorten y sea un tanto difícil doblar o estirar un miembro. Los tejidos se bloquean (contractura) y el resultado es el dolor.

Algunas personas con espasticidad sufren dolores profundos y continuos en las articulaciones.

En ocasiones, un cierto grado de espasticidad puede ayudar a compensar la debilidad motora de las piernas, pudiendo permitir a los pacientes caminar, ponerse de pie o moverse de un asiento a otro.

 

¿POR QUÉ APARECE?

Las células básicas del sistema nervioso se denominan neuronas y están protegidas por una especie de “vaina” formada por una sustancia proteica llamada mielina (del mismo modo que un cable eléctrico está protegido por plástico). Las neuronas transmiten las señales necesarias para el correcto funcionamiento de nuestra capacidad motora y  sensitiva. El sistema nervioso central (que incluye el cerebro, el cerebelo y la médula espinal) es el responsable de procesar estas funciones lo que permite, por ejemplo, que unos músculos se contraigan y otros se relajen cuando se realiza un movimiento. Esto se consigue porque el cerebro envía mensajes a la médula espinal y de ahí a los músculos.

En la EM estos mensajes no se transmiten adecuadamente porque las vías entre el cerebro, la médula y los músculos están dañadas. Los mensajes se hacen confusos y varios grupos musculares se contraen a la vez cuando no deberían hacerlo.

El control preciso se va perdiendo progresivamente y los músculos extensores y flexores, al contraerse al mismo tiempo provocan una falta de coordinación con resultados dolorosos y debilitantes.

Como todos los síntomas asociados a la EM, la espasticidad es resultado de la degradación progresiva de la mielina y de las fibras nerviosas. Ésto provoca un trastorno en la señal transmitida por las neuronas que conducen los impulsos del cerebro y la médula espinal hasta los músculos, lo que genera una activación excesiva. Las neuronas especialmente afectadas son las neuronas motoras alfa (responsables del inicio de la contracción muscular).

 

¿CON QUÉ FRECUENCIA APARECE?

La espasticidad se presenta en la gran mayoría de los pacientes con EM, en diferentes grados.

La EM es una enfermedad muy variable en su forma de presentarse y en su evolución. Desde el punto de vista de los síntomas (p.ej. la espasticidad), lo más frecuente es que inicialmente se observen “brotes”. Se considera brote cualquier alteración o síntoma neurológico brusco y nuevo (que dure más de 24 horas) o bien un claro empeoramiento de síntomas previos (en ausencia de fiebre o de algún tipo de medicamento que pueda empeorar el estado general de salud, como por ejemplo los sedantes).

Los brotes de espasticidad pueden ser muy diferentes en intensidad, duración y recuperación entre los diferentes pacientes. La intensidad puede ser desde muy leve y por lo tanto no afectar nada a la vida diaria, hasta severa y condicionar en gran medida las actividades cotidianas. Su duración oscila entre pocos días (siempre más de 24 horas) hasta algunas semanas, con un período de recuperación variable que puede durar entre varios días hasta 3 meses.

 

Con el tiempo, en la mayoría de pacientes los síntomas de la EM dejan de presentarse en brotes y lo hacen de manera continua. Ésto afecta también a la espasticidad, en cuyo caso se mantiene un grado de rigidez continuo, con más o menos espasmos

 

DIAGNÓSTICO Y SEGUIMIENTO

 

Se pueden realizar varias pruebas para diagnosticar y seguir la evolución de la espasticidad. Estas pruebas evalúan la actividad muscular:

 

• Considerando las características de los movimientos voluntarios e involuntarios de brazos y piernas.

• Midiendo la frecuencia e intensidad de la actividad muscular espontánea (espasmos,

clonus).

• Preguntando por su percepción general al paciente, a su cuidador o al personal sanitario.

• Evaluando la capacidad para llevar a cabo actividades, como la deambulación o tareas de cuidado personal, o por la calidad de vida en general.

 

Para ello existen escalas de medición que ayudan a valorar el grado de espasticidad desde el punto de vista clínico, como por ejemplo la Escala de Ashworth, la Escala de Graduación Numérica (NRS), la de impresión clínica global, etc

 
 

 

TRATAMIENTOS

Las personas enfermas de EM probablemente son tratadas por un equipo multidisciplinar compuesto por especialistas médicos, de enfermería, psicología, logopedia y/o fisioterapia. Estas personas evaluaran cuál es la mejor opción para tu caso.


LOS OBJETIVOS AL TRATAR LA ESPASTICIDAD SON:

·         Movilidad: mejorar el uso de los miembros afectados y la capacidad para llevar a cabo las actividades cotidianas.

·         Confort: paliar el dolor y las molestias relacionadas con el agarrotamiento o los espasmos.

·         Cuidado personal: mejorar la postura y facilitar la autosuficiencia en la higiene.

·         Calidad de vida: mejorar o conservar la capacidad para desarrollar actividades diarias (movilidad, trabajo, familia, actividades lúdicas…).


A título informativo, se describen a continuación las pautas disponibles para tratar la espasticidad característica de la EM:

1. Tratamientos no farmacológicos

a) Terapia física

La terapia física (rehabilitación) es una parte clave del tratamiento de los síntomas de la EM que incluye distintas opciones:

·         Fisioterapia: movimientos pasivos, asociados a instrucciones de realizar movimientos de forma activa, que ayuda a que los músculos se refuercen, estiren y relajen, lo que a su vez favorece el movimiento articular y mejora la circulación sanguínea. El fisioterapeuta suele proporcionar también una serie de ejercicios para realizar en casa.
 

Antes de decidir el tratamiento a seguir, el fisioterapeuta explorará al paciente y se hará una idea de cómo está y de cómo se mueve. La fisioterapia puede ayudar a que los síntomas mejoren y también a asegurar que no se adopten malas posturas o malos hábitos en los movimientos que podrían empeorar la espasticidad. Puede que se deba cambiar la forma de caminar o, en algunos casos, utilizar prótesis que hagan que el enfermo se mueva más fácilmente, previniendo así las contracturas.

En la EM leve se suele aconsejar a los pacientes que se mantengan en un buen nivel de forma física, practicando ejercicios de estiramiento y fortalecimiento.

En el caso de espasticidad moderada a grave, el fisioterapeuta puede incluir movimientos y posturas inhibidores del tono (para evitar una excesiva tonificación de los músculos y no se encuentren tan rígidos), terapia de enfriamiento y técnicas de movilización muscular.

El fisioterapeuta suele dar un programa de ejercicios de estiramiento para intentar que los músculos mantengan la longitud adecuada y así favorecer que los espasmos sean menos frecuentes y haya menos rigidez. Los ejercicios de estiramiento pueden ser activos (cuando los hace el propio paciente) o pasivos (cuando los hace con la ayuda de otra persona), por lo que el fisioterapeuta también implicará al cuidador.
                             


·         Hidroterapia (ejercicios en el agua) puede ayudar también a relajar los músculos. Algunas veces la aplicación de bolsas de hielo o similares (crioterapia) también puede ser de utilidad. Los masajes también ayudan a aliviar la rigidez muscular

 




·         Los terapeutas ocupacionales, cuando es posible, trabajan conjuntamente con los fisioterapeutas. Se encargan de ver cómo los síntomas físicos afectan a las actividades de la vida cotidiana e intentan mantener la independencia del enfermo,  enseñándole maniobras que tienen en cuenta la espasticidad.



Por ejemplo, observarán como la espasticidad influye en la manera de levantarse y de sentarse en una silla, es decir, cómo el hecho de moverse de la silla influye en la espasticidad. Un terapeuta ocupacional también sugerirá utensilios que ayudarán a realizar movimientos cotidianos y se asegurará de que la cama, silla, o silla de ruedas son las apropiadas.


b) Cirugía : Dependiendo del enfermo y de las características de su espasticidad, la cirugía puede constituir una alternativa viable para algunos casos graves de espasticidad en la EM. Se utilizan distintos tipos de cirugía para tratar la espasticidad.

• La cirugía ortopédica puede ser una opción si los cirujanos deciden alargar tendones, fusionar articulaciones o abordar, de cualquier otro modo, las malformaciones.

• La corrección quirúrgica, acompañada de una rehabilitación adecuada, puede prolongar los periodos de descanso, reducir el dolor y evitar escaras (tejido cutáneo desvitalizado que se torna duro, seco y de un color blanco perlado, grisáceo o negruzco).

c) Ortesis ortopédicas diversas: Con la intención de forzar la postura de extremidades desviadas y permitir su uso.

d) Tratamientos alternativos:

• Como tratamientos alternativos se encuentran la acupuntura (para ciertos tipos de dolor) y técnicas de relajación como el yoga y la meditación.


2. TRATAMIENTOS FARMACOLÓGICOS PRINCIPALES:

Son varios los fármacos de administración que se pueden ser prescritos para el tratamiento de la espasticidad, desde relajantes musculares hasta antiepilépticos en dosis bajas. Se describen los principales.

• Relajantes musculares por vía oral

• Benzodiazepinas

• Cannabinoides autorizados


3. TRATAMIENTOS FARMACOLÓGICOS INVASIVOS (INYECTABLES)

Los tratamientos farmacológicos inyectables locales pueden constituir una alternativa para pacientes con una espasticidad que afecte únicamente a una zona pequeña (espasticidad focal) o que no encuentren alivio en la medicación oral.

Existen varios tratamientos:

·         Neurotoxinas: inyectable directamente en el músculo, reduce la tensión muscular y trata la espasticidad localizada (focal). El efecto dura unos 2-4 meses. Suele ser parte de un programa que incluya rehabilitación.

·         Bloqueo nervioso con agentes neurolíticos: inyección de fenol o alcohol en las terminaciones nerviosas de la zona afectada, destruyéndolas y provocando la relajación muscular. Los resultados son a un plazo relativamente corto y el procedimiento deberá repetirse cada pocos meses.

·         Relajantes musculares por vía intratecal: última alternativa para aquellos pacientes que padecen espasticidad en las extremidades inferiores y no consiguen una respuesta adecuada a las demás medicaciones o no las toleran. Se administra insertando un catéter (pequeño tubo) en el saco tecal (espacio que rodea la médula espinal) y se conecta a un depósito de medicación asociado a una bomba de infusión que se implanta mediante cirugía bajo la piel abdominal, para suministrar directamente el fármaco a la médula espinal. Requiere cuidados especiales