Rehabilitación y estimulación, claves para los pacientes con esclerosis múltiple
La esclerosis múltiple (EM) es una de las afecciones neurológicas más discapacitantes en el adulto joven, por lo que el paciente debe prepararse para enfrentar los síntomas y conservar su autonomía. La terapia ocupacional, orientada al manejo del espacio y los entornos del trabajo doméstico, y la estimulación cognitiva, que busca resolver problemas de atención y memoria, son claves para enfrentar el deterioro que acompaña el curso natural de la enfermedad.
La EM es una patología de tipo autoinmune, que afecta al Sistema Nervioso Central. En la actualidad existen distintos tratamientos farmacológicos que demostraron ser efectivos para modificar su progresión al disminuir la cantidad de recaídas a lo largo del tiempo y, por consiguiente, la discapacidad. “Contar con muchas alternativas terapéuticas nos posibilita actuar a la medida de cada paciente y conseguir que aquellos que no respondan a un tratamiento puedan hacerlo a otro”, expresó a Docsalud.com el doctor Vladimiro Sinay, Encargado del Área de Enfermedades Demielinizantes de INECO y la Fundación Favaloro.
A pesar de los avances, ninguna de las drogas disponibles es curativa ni logra desaparecer para siempre las recaídas que puedan ocasionar alguna secuela neurológica. Es por esta razón que, para el seguimiento de quienes padecen esta afección, hay múltiples terapias que ayudan moderar y aliviar los síntomas de fatiga, espasticidad, trastornos sensitivos (adormecimientos u hormigueos, sensibilidad alterada, disminución de la sensibilidad), pérdida de fuerza en brazos y piernas, trastornos en la marcha, trastornos en la atención y memoria o problemas psicológicos.
“El enfoque de los pacientes con EM debe ser encarado por un equipo multidisciplinario integrado por neurólogos, psiquiatras, psicólogos, terapistas ocupacionales y kinesiólogos, entre otros profesionales para responder de manera integral a sus necesidades”, indicó Sinay.
Terapia Ocupacional
“Además del impacto que puedan generar las dificultades motoras y cognitivas en la vida diaria del paciente, se debe considerar el momento en que se encuentra el individuo para plantear diferentes objetivos de trabajo orientados a mantener su autonomía”, explicó a Docsalud.com, la licenciada Ana Inés Vivanco, integrante del Servicio de Terapista Ocupacional - Departamento de Neuropsicología y Rehabilitación Cognitiva de INECO.
La mayoría de las personas diagnosticadas se encuentran en plena etapa productiva. Por esta razón, en fases tempranas, las primeras intervenciones se realizan en el ámbito laboral, donde el paciente debe realizar diversos cambios para manejar el cansancio: conseguir un horario flexible, obtener equipos y herramientas que faciliten la ejecución del trabajo, combinar períodos de descanso con los horarios de labor y analizar la actividad para poder realizarla con el menor gasto energético posible.
En otra instancia, se comienza a planificar el uso de adaptaciones dentro del entorno doméstico a fin de mejorar la independencia y seguridad del individuo, aumentar la autoestima y la confianza. “Esto puede marcar la diferencia entre un estilo de vida pleno y activo que se contrapone a un estilo de vida limitado con mayor dependencia en las demás personas”, señaló Vivanco.
El planeamiento anticipado contribuirá a tomar una mejor decisión para conseguir una vivienda que sea más eficiente, cómoda, accesible y posible. Identificar las formas de optimizar la seguridad e independencia asegura cambios convenientes, ayudando al individuo y a su familia a estar informados para tomar decisiones adecuadas en cuanto a su vida diaria.
Para tratar dificultades anímicas y cognitivas
Se sabe que todas las enfermedades crónicas generan en el paciente una depresión indirecta que es producto de la limitación. En el caso de la esclerosis múltiple, por tratarse de una patología que afecta al cerebro, genera una depresión directa.
“En la EM la depresión puede darse por dos factores, por el padecimiento una condición de salud crónica y por el factor directo del daño neuronal”, explicó Sinay.
Entre el 50 y el 66% de las personas con EM presenta alguna dificultad cognitiva que puede variar en grado de leve a severa, aunque con mayor prevalencia en el rango leve a moderada. Las áreas que pueden verse afectadas son: aprendizaje y memoria; atención compleja; velocidad de procesamiento de la información; funciones ejecutivas (como resolución de problemas, organización y planificación); habilidades perceptuales y búsqueda de palabras.
“Los problemas de memoria son la queja mas frecuente entre los pacientes. Además son las que mas se han estudiado”, indicó la licenciada Catalina Raimondi, Neuropsicóloga del Departamento de Neuropsicología y Rehabilitación Cognitiva de INECO.
“Los estudios demuestran que aproximadamente el 40% de las personas con EM tienen problemas de memoria muy leves o no tienen, el 30% tiene dificultades moderadas y otro 30% tiene severas”, agregó.
Las dificultades de aprendizaje y de memoria de estos pacientes se encuentran principalmente en la memoria episódica, que almacena y recuerda experiencias y eventos temporales vividos. Esta se puede dividir en la de largo plazo y la de trabajo.
La memoria de trabajo es la responsable del recuerdo inmediato de cantidades limitadas de datos verbales o espaciales para la manipulación mental. Investigaciones sugieren que quienes padecen EM tienen dificultades en mantenerla intacta, ya que el mayor problema es adquirir y recordar nueva información.
Por otro lado, si bien las personas con la enfermedad tienen pocos inconvenientes en dirigir el foco de atención en tareas específicas, sí tienen dificultades para mantener la atención durante un tiempo prolongado o a varios estímulos simultáneos (multitasking). El problema más importante, en este caso, es la velocidad en el procesamiento de la información.
Además, las investigaciones muestran que estos pacientes pueden experimentar dificultades en la resolución de problemas complejos, además de dificultades en las percepciones visuales y, en mucho menor medida, con el lenguaje.
La EM es una patología de tipo autoinmune, que afecta al Sistema Nervioso Central. En la actualidad existen distintos tratamientos farmacológicos que demostraron ser efectivos para modificar su progresión al disminuir la cantidad de recaídas a lo largo del tiempo y, por consiguiente, la discapacidad. “Contar con muchas alternativas terapéuticas nos posibilita actuar a la medida de cada paciente y conseguir que aquellos que no respondan a un tratamiento puedan hacerlo a otro”, expresó a Docsalud.com el doctor Vladimiro Sinay, Encargado del Área de Enfermedades Demielinizantes de INECO y la Fundación Favaloro.
A pesar de los avances, ninguna de las drogas disponibles es curativa ni logra desaparecer para siempre las recaídas que puedan ocasionar alguna secuela neurológica. Es por esta razón que, para el seguimiento de quienes padecen esta afección, hay múltiples terapias que ayudan moderar y aliviar los síntomas de fatiga, espasticidad, trastornos sensitivos (adormecimientos u hormigueos, sensibilidad alterada, disminución de la sensibilidad), pérdida de fuerza en brazos y piernas, trastornos en la marcha, trastornos en la atención y memoria o problemas psicológicos.
“El enfoque de los pacientes con EM debe ser encarado por un equipo multidisciplinario integrado por neurólogos, psiquiatras, psicólogos, terapistas ocupacionales y kinesiólogos, entre otros profesionales para responder de manera integral a sus necesidades”, indicó Sinay.
Terapia Ocupacional
“Además del impacto que puedan generar las dificultades motoras y cognitivas en la vida diaria del paciente, se debe considerar el momento en que se encuentra el individuo para plantear diferentes objetivos de trabajo orientados a mantener su autonomía”, explicó a Docsalud.com, la licenciada Ana Inés Vivanco, integrante del Servicio de Terapista Ocupacional - Departamento de Neuropsicología y Rehabilitación Cognitiva de INECO.
La mayoría de las personas diagnosticadas se encuentran en plena etapa productiva. Por esta razón, en fases tempranas, las primeras intervenciones se realizan en el ámbito laboral, donde el paciente debe realizar diversos cambios para manejar el cansancio: conseguir un horario flexible, obtener equipos y herramientas que faciliten la ejecución del trabajo, combinar períodos de descanso con los horarios de labor y analizar la actividad para poder realizarla con el menor gasto energético posible.
En otra instancia, se comienza a planificar el uso de adaptaciones dentro del entorno doméstico a fin de mejorar la independencia y seguridad del individuo, aumentar la autoestima y la confianza. “Esto puede marcar la diferencia entre un estilo de vida pleno y activo que se contrapone a un estilo de vida limitado con mayor dependencia en las demás personas”, señaló Vivanco.
El planeamiento anticipado contribuirá a tomar una mejor decisión para conseguir una vivienda que sea más eficiente, cómoda, accesible y posible. Identificar las formas de optimizar la seguridad e independencia asegura cambios convenientes, ayudando al individuo y a su familia a estar informados para tomar decisiones adecuadas en cuanto a su vida diaria.
Para tratar dificultades anímicas y cognitivas
Se sabe que todas las enfermedades crónicas generan en el paciente una depresión indirecta que es producto de la limitación. En el caso de la esclerosis múltiple, por tratarse de una patología que afecta al cerebro, genera una depresión directa.
“En la EM la depresión puede darse por dos factores, por el padecimiento una condición de salud crónica y por el factor directo del daño neuronal”, explicó Sinay.
Entre el 50 y el 66% de las personas con EM presenta alguna dificultad cognitiva que puede variar en grado de leve a severa, aunque con mayor prevalencia en el rango leve a moderada. Las áreas que pueden verse afectadas son: aprendizaje y memoria; atención compleja; velocidad de procesamiento de la información; funciones ejecutivas (como resolución de problemas, organización y planificación); habilidades perceptuales y búsqueda de palabras.
“Los problemas de memoria son la queja mas frecuente entre los pacientes. Además son las que mas se han estudiado”, indicó la licenciada Catalina Raimondi, Neuropsicóloga del Departamento de Neuropsicología y Rehabilitación Cognitiva de INECO.
“Los estudios demuestran que aproximadamente el 40% de las personas con EM tienen problemas de memoria muy leves o no tienen, el 30% tiene dificultades moderadas y otro 30% tiene severas”, agregó.
Las dificultades de aprendizaje y de memoria de estos pacientes se encuentran principalmente en la memoria episódica, que almacena y recuerda experiencias y eventos temporales vividos. Esta se puede dividir en la de largo plazo y la de trabajo.
La memoria de trabajo es la responsable del recuerdo inmediato de cantidades limitadas de datos verbales o espaciales para la manipulación mental. Investigaciones sugieren que quienes padecen EM tienen dificultades en mantenerla intacta, ya que el mayor problema es adquirir y recordar nueva información.
Por otro lado, si bien las personas con la enfermedad tienen pocos inconvenientes en dirigir el foco de atención en tareas específicas, sí tienen dificultades para mantener la atención durante un tiempo prolongado o a varios estímulos simultáneos (multitasking). El problema más importante, en este caso, es la velocidad en el procesamiento de la información.
Además, las investigaciones muestran que estos pacientes pueden experimentar dificultades en la resolución de problemas complejos, además de dificultades en las percepciones visuales y, en mucho menor medida, con el lenguaje.
3 comentarios:
Buenas noches Sofía. En general esta enfermedad es una de las peores que se puede sufrir por parte de una persona. Ya de por sí la reducción de la movilidad es problemática, pero si además se suman los proglemas psicológicos que acarrea es pero todavía.
La depresión que puede provocar es lamentable, ya sea por autopadecimiento del enfermo o por consecuencias neuronales.
El estado debería de subvencionar a cuidadores para personas con este tipo de enfermedad.
Un saludo.
Pues si Javier, es cierto, que deberiamos tener mad ayuda. Yo la verdad q doy gracias por todi el apoyo d mi familia y amigos qur me han ayudado mucho. Porque los dos primeros años fueron horriblesn
Ahora mejor porque estiy luchandi y no voy a permitir q la enfermedad pueda conmigo.
Muchos bdr
Hola Sofía:
Conozco a varias personas que padecen esa enfermedad y creo que está muy justificado que la denominen "enfermedad de las mil caras", porque cada caso que conozco es diferente, en cuanto a grado de afectación, síntomas, etc.
Creo que la creación de asociaciones es muy importante para apoyar a los afectados y a las familias.
Permíteme que te muestre mi admiración por tu valentía. ¡Ese es el talante, luchar!
Un abrazo.
Marisol Lozano Hernández
UNED
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